Aún me acuerdo de usted.
Tiene ojos que son de un verde relampagueante
en una oscuridad eterna y abrumadora.
Sobre las nubes la vi caminar aquella vez
y ellos creyeron que yo alucinaba de amor.
No sé si lo recuerda,
pero una vez me dijo
que si le escribía un poema
usted me tomaría de la mano
y me llevaría caminando a su habitación.
Era un palacio de olor vainilla
con texturas suaves aterciopeladas.
Me miraba tanto acariciándome las manos
y yo la sentia tan mía que deseaba morirme allí mismo.
Morir en su olor y el cielo crujiendo