–Lloverá ahora. Me dice Abigail mientras baja
de súbito del columpio. Se coloca las sandalias, camina apresurada hacia mí, toma
mi cajetilla de cigarros y, junto con un pequeño libro de poemas del cual hace
un momento le leí fragmentos, los coloca en su morrar y yo miro sus trasparentes
manos mientras hace que me levante del pasto.
Largos pastos de esferas micro cósmicas de rocío.
Tormenta libre y majestuosa.
Moja y moja y todo vivirá más.
¿Por qué correr? ¿En casa no lloverá?
--------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario