sábado, 3 de abril de 2010

¿No pudo haber sido un final de líneas de poemas hasta tus tobillos dibujados?

02 de abril del 2010.

Sueño despierto.

Yo sueño con los ojos
abiertos, y de día
y noche siempre sueño.
¡Y sobre las espumas
Del ancho mar revuelto,
Y por entre las crepas
arenas del desierto,
y del león pujante,
monarca de mi pecho,
montando alegremente
sobre el sumido cuello,
un niño que me llama,
flotando siempre veo!
José Martí.

Y de pronto me dijo: -No olvides imaginártelas con flores Adolfo, las mariposas no pueden vivir sin sus flores...
Es lo que escuché de ella aquella tarde en una acera de la escuela. Estábamos sentados mirando un libro que tenía imágenes de todos los tipos de mariposas que hay en el mundo. 
Su mirada estaba clavada en las imágenes multicolor y multiforme de estos hermosos seres. La explicación de las características, procedencia y datos curiosos de cada especie, me la daba detalladamente y con una pasión admirable que, desgraciadamente, sólo surge en determinadas personas.

Yo, sentado a su lado, simulaba poner atención a sus descripciones, pero en realidad, y hoy lo confieso abiertamente sin ningún arrepentimiento, sólo la observaba y recorría lentamente su cuello y la manera en cómo éste se perdía en el cuello de su blusa azul.

Hoy me pregunto: ¿Cuál será el final de su piel que nunca conocí? ¿Una mano poderosa que la sujetará en el futuro para someterla? ¿Un final feliz con unos labios que recogerán su olor para siempre sin siquiera poderlo entender? ¿No pudo haber sido un final de líneas de poemas hasta sus tobillos dibujados? ¿Tan mal hubiera sido?

De raudo volteó, me miró fijamente y preguntó:
-¿Acaso ustedes los anarquistas no aman la naturaleza y todas sus creaciones?-
-Por supuesto- le respondí casi ofendido por su pregunta obvia.
Y entonces ¿Por qué no me estás poniendo atención a lo que te estoy diciendo?
No supe que responder, no tenía el valor de darle la respuesta precisa en el momento indicado. Tiempo después, ella misma me insinuaría esta oportunidad perdida para siempre.

Intenté desviar su pregunta y comenté:
Sabes, Los anarquistas amamos la naturaleza, y la vida que ha otorgado desde hace miles años; un sol y una flor arrancan nuestras sonrisas y una tarde de lluvia torrencial nos arrebatan nuestras constantes lágrimas. Una tarde en el campo, un chapuzón en el río y un paisaje en la montaña, calman nuestro profundo dolor.

Sentí que su mirada se perdía en el horizonte al imaginar a los felices anarquistas disfrutando de las bondades de la naturaleza. Ella la amaba tanto que no perdía tiempo para fomentar las ventajas del respeto al medio ambiente. Sus ojos claros llenaban de felicidad mi caminar. Hoy ya no está aquí, desapareció de mi vida hace poco menos de un año. Y si acaso pensaba volver algún día, ya no lo hará porque sabe que ya estoy feliz con otra persona.

Cerró su libro, acercó su cara a la mía tanto que sentí su cálido aliento, y dijo:
-¿Te puedes imaginar viviendo en el campo como un auténtico anarquista Adolfo?
-Sí, claro,- le respondí feliz y agregué, -y me imagino rodeado de tus mariposas multicolor-

Y de pronto me dijo: 
-No olvides imaginártelas con flores Adolfo, las mariposas no pueden vivir sin sus flores...

1 comentario:

Rose dijo...

Mmm debo confesar mi estimado adolfo que este post me ha dejado un imenso buen sabor en la boca de ello creo que lo he podido y imaginar tan hermosas mariposas entre el campo de flores :) de hecho me recuerda a cierta linia de un poema que hace mucho tiempo habia escrito pero nunca lo habia postiado que decia asi " y en ese campo de amor entre mariposas y flores habitan dos corazones que entregan a su pasiones sin razones" y creo que gracias a ti lo postiare saluditos