viernes, 26 de diciembre de 2008

Ahora Entiendo Todo.

Jueves 13 de noviembre del 2008.

Si los pastos conversaran, esta pampa le diría de qué modo la quería, con qué fiebre la adoré.Cuántas veces de rodillas, tembloroso, yo me he hincado bajo el árbol deshojado donde un día la besé. Y hoy al verla envilecida y a otros brazos entregada, fue para mí una puñalada y de celos me cegué, y le juro, todavía no consigo convencerme como pude contenerme y si ahí nomás no la maté.
Tomo y obligo. Carlos Gardel.
Una fina luz se proyecta a mis pies dentro de ese lugar oscuro y solitario. Esta luz se filtra por un hueco en la esquina izquierda del lugar, ese lugar donde siempre me siento y observo a la gente que entra y sale.

Esa luz surge y se alimenta a partir del humo de mi cigarrillo y las partículas de polvo que de todos lados se desprenden. Con cada bocanada que doy, la luz se retroalimenta y crea figurillas más densas y más definidas que hacen que las tome más en cuenta que todo lo que sucede en el resto de ese lugar patético.

Las líneas chocan entre si y crean una más fuerte y gruesa. Mi mano se estira, entra en la luz y juega con el destino de esas líneas que por el simple acercamiento veloz de mi mano, ya empiezan a tomar dirección diferente de la que se tenían planeadas.

Hoy he logrado entender: todo es minúsculo y con origen simple.

Las venas de mis manos se llenan de pena y dolor, se poner chistadas y simplemente se cierran para tomar el siguiente cigarrillo que ya se está deseando desde hace dos minutos.

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