jueves, 18 de diciembre de 2008

Los Ojos de los Anarquistas son Transparentes...

17 de marzo del 2008.



El soñador es el diseñador del mañana.
Los hombres prácticos... pueden reírse de él; no saben que él es la verdadera fuerza dinámica que empuja el mundo adelante.
Suprímanlo, y el mundo se deteriorará hacia el barbarismo.
Desdeñado, empobrecido, él abre el camino..., sembrando, sembrando, sembrando las semillas que serán cosechadas, no por él, sino por los hombres prácticos del mañana, que al mismo tiempo se reirán de otro infatigable soñador ocupado en sembrar, sembrar, sembrar.
Ricardo Flores Magón.



Dicen que los ojos de los anarquistas son transparentes
como los ríos en que se transforman sus venas.
A través de ellos se puede ver el miedo
y la frustración de los pueblos en el mundo.
Se enrojecen en la noche sus rostros,
pues lloran sigilosamente, no obstante,
amanecen blancos como la esperanza de sus ríos interiores.


Ellos caminan lento y observan el pasar, lo frívolo,
van y vienen, vienen y van,
pero en realidad nunca llegan,
pues nunca esperan un final.
Lloran cuando escuchan los gemidos del centro de la tierra,
la raíz está en peligro: dicen desesperados.


Dicen que algunas veces desean matar de odio,
otras veces buscar abrazar por cariño.
Su actuar parece contradictorio
pero en realidad es lo más humano
que cualquiera pudiera realizar.


Lo que es seguro es que ellos llevan un dolor que arrastran
como cadenas que pesan tanto como el rencor entre los humanos…


Dicen, los que los conocen, que son capaces de
crear mundos donde todos sean iguales
y donde la regla única sea el velar por tu prójimo.
Pese a esto, hay gente que los toma como vándalos
pues atacan el origen propio de su riqueza.


Ocupan cuerpos frágiles y fugaces, surge uno entre millones,
es como una planta en medio del desierto
que saca sus fuerzas del fondo de la tierra.
Encuentran la raíz y ésta los auxilia en las tormentas
y sequias permanentes.


Se piensa que sus cuerpos no están hechos para ellos,
se les acaban fácilmente, se hacen polvo,
pero sus almas quedan manifiestas
y se meten en los árboles, en los animales
y en los vientres de las madres
para así resurgir como fénix
y poner ejemplo acatando a la naturaleza.


Lo que es seguro es que ellos llevan un dolor que arrastran
como cadenas que pesan tanto como el rencor entre los humanos…


También los que los conocen dicen que las olas del mar
giran constantemente sobre sus frágiles cuerpos.
Los llevan y los traen, los rosan
y los hacen flotar, contra su voluntad,
sobre los demás hombres.


De hecho, se dice que las olas son como ellos:
Furibundas en la tormenta
pero apaciguadas en la paz.


La espuma roza sus labios
y fermenta la sensación del deseo humano
que se mezcla con una preocupación constante
sobre el qué pasará
sobre el qué harán y
sobre el cómo construirán de nuevo
la belleza a partir de las ruinas humanas.


Pero al fin de cuentas, y para no hacértela larga,
lo que es seguro es que ellos llevan un dolor que arrastran
como cadenas que pesan tanto como el rencor entre los humanos…

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